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Platos salados con frutos rojos. Un maridaje perfecto

Los frutos rojos, conocidos por su vibrante color y su sabor fresco, se suelen asociar con postres, smoothies y platos dulces. Sin embargo, estas deliciosas frutas llenas de vitaminas y nutrientes no solo aportan un punto de dulzor, sino que también tienen una interesante acidez y una gran versatilidad. Ensaladas, salsas, guarniciones… ¡los frutos rojos pueden ser ingredientes ideales para platos salados!

Al combinar los frutos rojos con ingredientes que asociamos a la cocina salada, podemos crear platos de fusión únicos, llenos de contrastes y sabores complejos. Además, los frutos rojos son ricos en antioxidantes, vitaminas y fibra, lo que aporta un valor nutricional significativo a las comidas. Como buenos amantes de las berries en todas sus variedades, te presentamos algunas ideas para incorporar frutos rojos en recetas saladas y cómo aprovechar sus cualidades para elevar tus platos a otro nivel. Y si te gusta la propuesta, no dejes de echarle un vistazo a estos posts que escribimos compartiéndote ideas de desayunos diferentes y explicándote por qué las berries son mucho más que un postre.

Ensaladas de frutos rojos: el equilibrio perfecto entre dulce y salado

Incorporar frutos rojos en ensaladas es una manera fácil de añadir frescura y color, además de un interesante contraste de sabores. Las fresas, los fresones, las frambuesas o los arándanos combinan a la perfección con hojas verdes que tengan un punto amargo como la rúcula o las espinacas, ya que su acidez y dulzor ayudan a equilibrar el amargor de los vegetales. ¿Nuestra recomendación? Prueba a hacer una ensalada de espinacas, fresones y queso de cabra. La cremosidad del queso de cabra y el punto fresco de los fresones se complementan con las nueces tostadas o pipas de girasol crujientes.

¿Más ideas? Prueba a mezclar arándanos en una ensalada con queso azul, nueces y una vinagreta de miel y mostaza. Aquí los arándanos aportan un toque ácido que contrasta con el sabor fuerte del queso. El juego de texturas entre los frutos rojos, las hojas frescas y los frutos secos crea una ensalada compleja y deliciosa. Pruébala, ¡y nos cuentas!

Salsas y reducciones de frutos rojos: un toque gourmet

Los frutos rojos también pueden ser protagonistas en salsas y reducciones para carnes, aves y pescados. Una salsa de arándanos o frambuesas puede aportar un contrapunto dulce y ácido que equilibre el sabor de carnes más grasas como el pato o el cerdo. Un ejemplo puede ser una salsa de arándanos y vino tinto, perfecta para acompañar un magret de pato o un solomillo de cerdo. El truco está en reducir lentamente y a fuego muy suave los arándanos con vino tinto, un toque de miel, vinagre balsámico y romero. Así creamos una salsa densa y ligeramente agridulce, con notas herbales que realza el sabor de la carne.

Si eres más de pescados, una opción es una reducción de frambuesas con un poco de jengibre y vinagre de manzana, ideal para un salmón a la plancha o al horno. Las frambuesas añaden un toque fresco y ácido que contrasta con la textura y grasa natural del salmón.

Carnes marinadas con frutos rojos

Marinar carnes con jugo de frutos rojos es una técnica creativa que además de ablandar la carne, aporta un sabor único. Además, ¡la acidez de los frutos rojos como las moras o las grosellas, actúa como un ablandador natural, descomponiendo las fibras de la carne! ¿Quieres ideas? Prueba a preparar un lomo de cerdo marinado en jugo de grosella negra, ajo, y hierbas frescas como tomillo y salvia. Después de marinar durante unas horas, la carne adquiere un sutil sabor agridulce, ideal para asar a la parrilla o al horno.

Otra opción más sencilla es preparar unas brochetas de pollo marinadas en jugo de moras con un toque de limón y ajo. Perfecta si vas a preparar una barbacoa y quieres sorprender a tus comensales con un maridaje que no se esperan. Al asar la carne, el azúcar natural de las moras carameliza ligeramente, creando una capa dorada en el pollo con un sabor profundo y ligeramente afrutado.

Quesos, embutidos y frutos rojos. Dándole una vuelta a lo tradicional

La combinación de frutos rojos con quesos curados o embutidos es una tradición en muchas cocinas, especialmente en tablas de aperitivos. Sin embargo, puedes llevar esta combinación al siguiente nivel integrándola en platos más elaborados. Te damos algunas ideas: por ejemplo, una tosta de un buen pan con queso brie fundido, arándanos frescos y un toque de miel. Puede ser una idea de desayuno especial, combinando la cremosidad del queso, la dulzura de la miel y el punto ácido de los arándanos.

Los higos con jamón ibérico y reducción de frambuesa es otra opción deliciosa y elegante para un entrante. Aquí, la frambuesa, en forma de reducción complementa el punto salado del jamón, mientras que los higos aportan dulzura y textura suave.

El mundo de los cereales

Los cereales integrales como la quinoa o el arroz salvaje también pueden ser una base perfecta para integrar frutos rojos. Una ensalada de quinoa con frambuesas, aguacate y pepino es fresca, nutritiva y equilibrada. La frambuesa aporta acidez que contrasta con la cremosidad del aguacate y el frescor del pepino, creando un plato ideal para el verano.

Como ves, ¡hay muchas opciones donde incluir los frutos rojos! Las berries no solo aportan color y sabor a los platos salados, sino también un valioso aporte nutricional. Si incorporas estos ingredientes en tu cocina diaria te vas a poder experimentar con sabores nuevos mientras cuidas tu salud con antioxidantes, minerales, fibra y vitaminas. Atrévete a combinar fresas, arándanos, frambuesas y moras en tus platos salados y explora diferentes posibilidades culinarias con este maridaje de ingredientes. ¡Y cuéntanos tus combinaciones favoritas!

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